domingo

Tedio

Voy a contar hasta diez y dejaré de ser un ser horizontal para convertir en uno vertical. Lo intentaré: uno, dos, tres y cuatro. No, no puedo, no creo que llegue hasta el diez, es muy largo.Contaré de atrás para delante y ahí me animaré.


Ya llevo demasiado tiempo, el sol ya alumbró en lo alto y ha vuelto a ocultarse entre las casas nuevamente y yo aún aquí con el control remoto en la mano, haciendo como si con mi dedo índice gobernara la vida entera.


Estoy despierta solo a ratos ya que duermo, sueño, corro, me persiguen, los alcanzo y vuelvo a partir, hasta que me despierta algún comercial que intenta llamar mi atención con su ruido estridente. Trato de imaginarme haciendo alguna cosa: una gran pintura, borrando un mural completo o quizás sólo despegando por un rato mi oreja de la cama.


El tedio me angla a lo profundo, nadie juega conmigo, yo no juego con nadie. Nadie quiere ver a nadie.


A ratos tengo la sensación de que me quedaré aquí para siempre, que mi cuerpo no se podrá mover, que nadie sabrá nunca que no puede respirar. Pero entonces todo se rompe y mis pulmones me exigen oxigeno a rabiar.


Hace mucho calor, no me quiero mover, no quiero que de mi cuerpo salga una gota de transpiración.

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